Bienvenido/a a
una entrada más de «Espacio Divulga». La primera de febrero para ser exactos.
Y es que este
inicio de año... bueno ya, mejor sin más expectativas pero con mucho ánimo y
esperanza de que ya mejorara la situación global.
Y en lo que se
mejora el mundo, ¿Cómo vamos? ¿Cómo va nuestro bienestar?
Puesto que
tanto hemos visto y escuchado para estos tiempos inusuales, consideramos que el
auto cuidado es una de las grandes ganancias que nos ha dejado (u obligado) el
confinamiento.
Es por ello
que queremos iniciar el mes haciendo mención del gran trabajo que todos los
profesionales de la salud mental (específicamente), han estado haciendo para
quienes más lo requieren, así como el reconocimiento de quienes han padecido
alguna situación de estrés o ansiedad y se encuentran trabajando en ello.
De tal forma,
queremos compartirles en las entradas de este mes, algunas herramientas de
análisis para cuidar y reconectar con nuestra tranquilidad mental y emocional. Es
importante recalcar que cada individuo presencia los efectos del estrés de
diferentes formas y recomendamos firmemente consultar con un especialista en
caso de no poder estabilizar esos efectos o lo que se haya derivado de estos
difíciles momentos.
En esta
ocasión te traemos un poco de recuerdos del preescolar, un tipo de terapia
creativa que consideramos nos puede acompañar en los tiempos libres y más bien
como recomendación de alivio, encuentro creativo y ánimo sensorial entre los
hobbies que tengamos: el dibujo.
Ahora bien, lo colorido. La técnica del dibujo es inicialmente un método creativo del aprendizaje descrito por Jean Piaget (1954) como una etapa del juego simbólico en la niñez y la imagen mental que trata de representar lo que es real.
Es también el
medio a través del cual uno refleja cómo piensa, interpreta y representa algo. En
él se encuentra la percepción, las experiencias vividas y lo que ellas han
transmitido en nosotros (Nieto, 2007).
Esto es más
que claro cuando somos pequeños, y es necesario acompañar la alfabetización y
el aprendizaje con esta herramienta del desarrollo. Pero, si es tan milenaria y
necesaria, ¿Cómo es que al crecer nos olvidamos de ella? Quizás porque en la
edad adulta uno ya no ve necesario representar sus representaciones de las
cosas en medios impulsivos de percepción, si no que la realidad en sí ya es
demasiado cruda y clara como para pintarla bonita. Pero he ahí el regalo.
El dibujo en
la edad adulta, adicional de ser una carrera profesional como tal para
arquitectos, caricaturistas, diseñadores, etc., puede ser un medio de encuentro
con nuestra mente en el que reposamos y nos enfocamos por un momento redescubriendo
nuestra percepción actual de la vida. Ahora bien, si no nos apetece complicarnos
con el dibujo de personas, paisajes o autorretratos, hay un método más sencillo
e igual de entretenido: el colorear.
Como técnica de relajación, los colores, las técnicas del trazo y el rellenar espacios vacíos de color son estimulantes visuales y un pasatiempo tranquilo. Para ello recomendamos colorear algo como los mandalas. Los mandalas son representaciones del cosmos empleadas por las culturas más antiguas como en el budismo y el hinduismo, su diseño y colores son una poderosa fuente de inspiración, serenidad y contemplación en forma. Ahora, dejando de un lado esta representación espiritual si no es muy de tu agrado, hay algo en la geometría de las figuras y en su orden sistémico que parece unirse de forma ordenada y armoniosa, y eso es lo que se puede rescatar dentro de la terapia creativa en la estimulación cognitiva y, dado el caso de patologías más graves e incapacitantes, como las demencias, se ha demostrado que la realización de esta tarea favorece la psicomotricidad fina, la relajación y el sentimiento de utilidad y autoestima. (García, M. residenciatura)
Finalmente,
queremos compartirte una anécdota interesante. Es la del pasatiempo que tienen
los monjes tibetanos provenientes del monasterio Drepung Loseling, que han
hecho visitas en diferentes países (antes de la pandemia claro), con la
esperanza de traer purificación al mundo. En estos encuentros, los monjes elaboran
mandalas de arena, lo que les toma alrededor de 1 semana de trabajo conjunto.
Después, en un acto de ofrenda repleto de humildad, los monjes destruyen con
leves movimientos la figura cósmica, ofreciendo un poco de arena a los
espectadores y arrojando otra parte en algún entorno natural cercano. Esto hace
también del mandala un contenedor, no sólo del cosmos, sino de
bendiciones, poder colectivo y bienestar. (Ecoesfera, 2018).
Aquí te compartimos el video.
Y es así que
concluimos esta entrada recomendando tomarnos un momento para intentar esta
actividad que es un aprendizaje, puesto que si vencemos la idea de “no se dibujar
o pintar, no se me da el arte, soy terrible, etc.”, descubriremos una gran
oportunidad de autoconocimiento, acercamiento y tranquilidad con nosotros
mismos en algo que se viene haciendo desde la edad de la piedra, y quien dice,
puede que terminemos siendo unos grandes artistas en el campo, habría que
descubrirlo.
Así que agarra una hoja, dibuja un paisaje, a ti mismo, tus sueños, o imprime mandalas, muchos mandalas y llena de colores las hojas blancas.
De igual forma
te invitamos a seguir atento a las siguientes entradas del mes enfocadas en
herramientas para trabajar con nuestra salud y estabilidad mental.
También te recomendamos nuestro post “LA SUPERACIÓN PERSONAL VIENE EN LIBROS: ¿PUEDES CON ELLA?”, en donde hablamos de los libros de autoestima como una opción de aprendizaje para nuestro bienestar, ¡no te lo pierdas! y no olvides compartirnos las herramientas que utilizas para regresar a ti y tu estado de tranquilidad que te queremos leer y compartir.
Referencias:
* Piaget, Jean. (1954). The construction of reality in the child. New York: Basic Books.
* Nieto Calavia, Sara. (2007). El Dibujo infantil y el Niño/a. Innovación y Experiencias Educativas, 45, 1-8.
* https://www.residenciatura.org/es/article/sentido-mandalas
* https://ecoosfera.com/2018/03/mandala-budista-creacion-destruccion-monjes-tibetanos/



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